Trail Cova da Bruxa 2025 : Mi experiencia en la Trail Cruz do Morto (23km, 1.400+)
- jorgerefer0
- 7 abr
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El pasado domingo 30 de marzo de 2025 se celebró la cuarta edición del Trail e Andaina Cova da Bruxa, organizado por el Clube de Atletismo Serres Runners en el Concello de Muros. Esta prueba, puntuable para el Ranking Galego de Trail Running de la Federación Galega de Atletismo, reunió a corredores y corredoras en un entorno espectacular, ofreciendo diferentes distancias: Trail Classic (15 y 23 km), Andaina de 10 km, Trail Preclassic de 10 km y pruebas para escolares.
Un reto con incertidumbre
Desde el 13 de enero hasta pocos días antes de la carrera, mi participación era una incógnita. Me había fracturado el tercer metacarpiano de la mano izquierda, lo que me obligó a adaptar mis entrenamientos durante tres meses. Sin poder trabajar las bajadas técnicas para minimizar riesgos, afronté la carrera con muchas dudas y, sobre todo, con mucho respeto a los descensos.
Un recorrido impresionante
El trazado de 23 km y 1.400 metros de desnivel positivo nos llevó por senderos espectaculares, combinando pistas forestales, tramos de roca técnica y bosques cerrados. Las vistas al Atlántico desde los puntos más altos eran simplemente impresionantes, y la dureza del recorrido hacía que cada metro ganado fuera una pequeña victoria. Las subidas eran exigentes, con rampas que te obligaban a echar las manos sobre las rodillas, mientras que las bajadas, algunas de ellas bastante técnicas, ponían a prueba la destreza de cada corredor. Sin embargo, el terreno, tras una semana de buen tiempo, estaba en su punto justo para disfrutar sin que el barro fuera un enemigo constante.
Estrategia y sensaciones en carrera
Mis expectativas eran completar la prueba en 2:45h, con 3:00h como margen en caso de ir mal y 2:30h si todo salía perfecto. Finalmente, crucé la meta en 2:45h, disfrutando como hacía tiempo que no lo hacía.
En las subidas, donde esperaba rendir mejor, no me encontré tan fuerte.
En los tramos llanos, me sentí rápido y fluido.
En las bajadas, tras coger algo de confianza, terminé disfrutándolas más de lo esperado.
Un final épico
Cuando pensaba que ya lo tenía hecho, llegó el tramo final: "La Ciénaga". Un barrizal digno de una película de supervivencia, donde cada paso era una apuesta entre seguir corriendo o perder una zapatilla para siempre. El barro llegaba hasta las rodillas y más de uno quedó atrapado, con gestos de desesperación mientras intentaban recuperar el equilibrio (y el calzado). A cada zancada, sentías que el suelo te quería engullir y, para cuando lograbas salir, parecías más un guerrero medieval que un corredor de trail. Entre risas, resbalones y algún grito de sorpresa, logramos superar ese último obstáculo y cruzar la meta con una sonrisa (y unos cuantos kilos extra de barro en las piernas).
Conclusión
Una carrera espectacular, con una organización impecable y un paisaje de ensueño. A pesar de las dudas iniciales y de la falta de entrenamiento en zonas técnicas, la experiencia fue increíble. Sin duda, una prueba para repetir.
¡Gracias a todos los que hicieron posible este gran evento! Nos vemos en la próxima edición.
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