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La trilogía tóxica de la televisión: antiinflamatorio, comida rápida y ‘energía instantánea

La noche de Halloween, mientras veía una película, me tragué sin pestañear un bloque de anuncios que, si no fuera por lo esperpéntico del combo, habría compuesto la mejor comedia negra publicitaria del año:


  1. Anuncio de un famoso anti-inflamatorio:— El mensaje: “¿Dolor o inflamación? — No te preocupes, con esta pomada/o fármaco vivirás feliz, sin dolores, activo, ligero como una pluma.”— La realidad fisiológica: la inflamación no es un fallo, es una respuesta natural de curación del cuerpo. Que sí, algunos procesos inflamatorios son patológicos y requieren intervención, pero usar antiinflamatorios por inercia — sin abordar la causa — es como poner un parche sobre una grieta estructural.— ¿El resultado real? Quizás alivio temporal… y en muchos casos, ignorar lo que originó el mal: sedentarismo, mala alimentación, falta de movilidad, sobrecarga, estrés, etc.


    Mujer con dolor de lumbares
    Mujer con dolor lumbar
  2. Anuncio de una conocida cadena de comida rápida (o ultraprocesada):— El mensaje: “¿Quieres felicidad? ¿Felicidad inmediata? — Prueba este menú, ríe, disfruta, sé feliz.”— Detrás del marketing: ultraprocesados baratos, con ingredientes industriales, aditivos, grasas saturadas, azúcares, sal, desequilibrios nutricionales. Estudios recientes advierten que en España el consumo de este tipo de alimentos se ha triplicado en las últimas tres décadas. Hoy los ultraprocesados aportan cerca del 32 % de las calorías totales de muchas dietas en España. Consecuencia real: dietas desequilibradas, aumento del sobrepeso, obesidad, enfermedades metabólicas, inflamación crónica, problemas cardiovasculares… Todo ello disfrazado de “comida feliz”.


  3. Anuncio de bebida energética / estimulante (o equivalente):— El mensaje: “¿Estás cansado, triste, sin energía? — Con esta bebida, recarga tu vida, olvida tus males, ponte en marcha.”— En realidad muchas de estas bebidas aportan estímulo inmediato (azúcar, cafeína, estimulantes), pero promueven hábitos poco saludables: dependencia energética, altibajos de glucosa, estímulos pasajeros en lugar de soluciones reales (descanso, alimentación, movimiento, equilibrio). Y encima siguen reforzando la idea de que basta con “un empujón externo” en lugar de cuidar el cuerpo de forma global.


Obesidad y enfermedades metabólicas
Obesidad y Enfermedades Metabólicas

¿Y los datos en España? (una radiografía preocupante) 📊


  • Según un informe reciente, el consumo de alimentos ultraprocesados en España ha pasado del 11 % al 32 % de las calorías totales en 30 años.

  • Esa transformación alimentaria no es inocua: el consumo elevado de ultraprocesados se asocia con mayor riesgo de sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, inflamación crónica, alteraciones de la microbiota, problemas metabólicos…

  • Solo en población adulta, en España, un 55,8 % tiene exceso de peso; un 18,7 % padece obesidad.

  • Esa epidemia de obesidad y exceso de peso tiene consecuencias dramáticas: se estima que afecta considerablemente al sistema sanitario, a la productividad, a la calidad de vida, a la esperanza de vida…

  • Por otro lado, el uso indiscriminado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs / NSAIDs) en España es muy alto. Un estudio mostró que en una muestra representativa, un porcentaje elevado de personas había consumido AINEs; muchas mujeres más que hombres.


Vaso repleto de azúcar - Diabetes
Vaso repleto de azúcar - Diabetes

La ironía (aunque no debería dar risa)


Nos venden: “Dolor → inflamación → pomada/fármaco → vida feliz”.Luego, “hamburguesa + refresco + ultraprocesado → alegría, confort, recompensa instantánea”.Y para colmo: “te sientes apagado → lata energética → recuperación total”.


Una secuencia perfecta: problema → remedio instantáneo → nuevo problema → nuevo remedio instantáneo… etc. Un ciclo interminable de “consumir para sentirte mejor (o al menos no tan mal)”. Pero sin abordar lo que realmente provoca malestar: sedentarismo, malos hábitos, alimentación basura, falta de ejercicio, estrés, falta de educación en salud.

Y tras ese ciclo: obesidad, enfermedades crónicas, inflamación, dependencia farmacológica, comida basura, bajones energéticos… y lo que muchos no ven: pérdida de calidad de vida, salud, control real sobre el propio cuerpo.


A los dirigentes, al sistema y a la sociedad — lo que habría que cambiar


  • Más inversión en educación en salud desde pequeños: fisiología básica, nutrición real, la importancia del ejercicio, descanso, higiene del sueño, gestión emocional.

  • Menos inversión en permitir publicidad agresiva y engañosa que vende soluciones “rápidas” y “fáciles” para problemas complejos.

  • Políticas públicas de prevención real: promover comida saludable, acceso a alimentos frescos, regulación de ultraprocesados, mejores entornos para la actividad física, campañas de concienciación.

  • Menos cultura de parches (cremas, fármacos, atajos); más cultura de cuidado integral del cuerpo: alimentación, movimiento, descanso, equilibrio mental.

  • Que la salud deje de ser un producto de marketing... y vuelva a ser entendida como algo colectivo, educativo, cotidiano.


¿Y tú, lector? (⸺ reflexiones y responsabilidades personales)


  • Dudar de los anuncios que prometen curarte la vida en 30 segundos.

  • Preguntarte: ¿qué hay detrás del “dolor” o el “cansancio”? ¿Descanso, sueño, alimentación, movimiento, estrés?

  • Elegir conscientemente: comida real frente a ultraprocesados; ejercicio, no sofá; autocuidado, no soluciones externas mágicas.

  • Educar: tú y tu entorno (hijos, amigos, comunidad) — porque la mejor vacuna contra la epidemia de enfermedades crónicas es la información, la educación y los hábitos.


Porque sí, da rabia... pero también da esperanza


Puede ser frustrante: vivimos en un mundo en el que te venden “felicidad instantánea” en forma de crema, hamburguesa y lata energética. Y mucha gente, cansada, estresada, sin tiempo, lo consume. Pero también tenemos la posibilidad —y la responsabilidad— de elegir distinto.

De promover otra narrativa: la de la salud real, la del cuidado del cuerpo y la mente, la de escuchar al propio organismo, la de enseñar a los más jóvenes que la salud no se compra en un anuncio, se construye día a día.

Y sí: todo eso requiere esfuerzo, tiempo, coherencia… pero también da una recompensa que ni la mejor publicidad puede vender: bienestar real, sostenido, libre de parches.


Referencias y fuentes consultadas


  • Universidad de Navarra (2025): “El consumo de ultraprocesados se ha triplicado en España en las últimas tres décadas.”

  • Cadena SER (2025): informe sobre consumo de ultraprocesados en España.

  • Publico.es (2025): “La epidemia silenciosa de los ultraprocesados”.

  • Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN): datos nacionales de obesidad.

  • OECD (2025): “The Heavy Burden of Obesity”.

  • PubMed (2018): estudio sobre consumo de antiinflamatorios en España.

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